11 de septiembre de 2009

"Psoriasis"


La mayoría de las personas con psoriasis presentan parches gruesos de color plateado-blanco con piel roja y escamosa, llamados escamas. La psoriasis parece ser un trastorno hereditario; es decir, que se transmite de padres a hijos. Los médicos piensan que probablemente ocurre cuando el sistema inmunitario del cuerpo toma erróneamente células sanas por sustancias peligrosas.

Es que vivir con psoriasis no es tarea fácil. Algunos casos son más severos que otros… Es un proceso lento. Para un paciente psoriásico no es tan fácil aceptar ni asimilar esta enfermedad, pues su apariencia cambia de tal forma que no solamente se ve diferente al mirarse en el espejo sino también ante la mirada de los demás y en su “yo” interno. Es ahí donde entran en juego los sentimientos y las emociones. Comienza un torbellino de sentimientos encontrados. Se cuestiona el por qué y cómo será la vida a partir de ese momento.

A pesar de que la tecnología está a nuestro alcance y al toque de un botón podemos obtener información sobre esta condición de salud, todavía existe mucha ignorancia.

Aunque muchos pacientes de psoriasis llevan una vida activa, han logrado sus metas, en esencia la vida de un psoriásico es solitaria; piensa que el apartarse o mantenerse a distancia del mundo que le rodea es lo mejor y comienza a crear su propio mundo donde no pueda ser lastimado ni rechazado por la sociedad ni su familia. Y aunque esté lleno de amigos y familiares que le quieran y le apoyen, y tenga alta su autoestima siempre el sentimiento de soledad estará latente y no porque así lo quiera, sino porque la misma sociedad es quien lo conduce a ello, pues hasta cierto punto son discriminados. Algunos son expresivos en cuanto a sentimientos y emociones… ¿Ha observado en la calle algún paciente de psoriasis? ¿Ha visto cómo le observan otras personas? Quizás usted le acepte tal como es, pero no así otras personas. Hay quienes hacen expresiones despectivas hacia su persona, igual que con sus actitudes. El lenguaje corporal dice más que mil palabras.

La vida sexual de un psoriásico tampoco es fácil. Sus temores e inquietudes se hacen altamente visibles al momento de su intimidad. Entregarse por completo y sin reservas al ser amado es su mayor deseo; en su interior tiene un corazón grande lleno de amor, un torbellino de pasiones que quiere compartir con la persona que ama… sin embargo, muchas veces se antepone sus temores a ser rechazado, lo que impide que tenga una vida sexual plena y sea feliz.

En la mayoría de los casos, este tipo de pacientes es presa fácil de la depresión. Es ahí donde la familia y los amigos juegan un papel muy importante. Ellos necesitan sentirse amados, comprendidos y útiles en su diario vivir. También es importante que el paciente esté consciente de su enfermedad, que la asimile, para que pueda manejarla y no permitirle que tome control sobre su vida; que verbalice sus sentimientos, lo que le molesta, pues de esa forma quienes estén a su alrededor podrán ayudarle de manera efectiva. El paciente que se encierra en sí mismo es difícil de ayudar.

“La psoriasis es una enfermedad, no tu vida”, dice mi amiga Letty. Estoy 100% de acuerdo con ella. La vida no debe depender ni girar en torno a ella. Al contrario, hay que continuar caminando como el resto del mundo… ¿por qué privarse de las cosas que disfrutamos? Aunque haya cambiado nuestra apariencia, nuestro ser está intacto… seguimos siendo quienes somos no importa ahora cómo nos veamos…

Lo importante es aprender a vivir con la psoriasis y con todo lo que la acompaña, seguir los tratamientos… desechar la gente negativa de nuestra vida… lo que vale es cómo nos sintamos con nosotros mismos…

No perdamos la alegría de la vida… la vida es una… y como tal hay que vivirla en broma y en serio, pero no vivir la living loca…

Gaviota Viajera