8 de febrero de 2010

dibujos y garabatos




Dibujos y garabatos: qué quieren decir
Dibujar es una forma divertida de fomentar la creatividad y obtener información sobre el estado psicológico de los niños
Los dibujos son más que un pasatiempo para mantener a los niños entretenidos. Al entregarles un papel y un lápiz para que empiecen a dibujar, se les proporciona una herramienta fundamental para sus procesos cognitivos. El dibujo ayuda a desarrollar habilidades psicomotrices, estimula la expresividad y la imaginación, y permite, además, obtener información sobre el estado psicológico y el bienestar emocional de los pequeños.



Los dibujos son la primera manifestación palpable de la expresividad infantil. Funcionan como un vehículo que refleja sus emociones y les permite dar rienda suelta a su imaginación. No son obras de arte, ni pretenden serlo, pero pocos se resisten a colgar el garabato de un niño en un mural. El editor Carlos Cabezas, en su tesis 'Análisis y características del dibujo infantil', señala que "los garabatos y dibujos de los niños son una de las actividades mas importantes para su desarrollo intelectual; mediante ellos, el niño es capaz de expresar su estado psicológico y bienestar emocional, ya que vehiculan su mundo interno con el externo".
Investigadores, artistas y pedagogos han centrado sus estudios, desde hace más de un siglo, en el análisis de la forma de expresión de los niños a través del dibujo. Las conclusiones se repiten y reafirman que, más allá de unos simples trazos o garabatos al azar, los dibujos expresan las emociones, intereses o valores del niño.
Los estudios han concretado técnicas evaluativas e interpretativas de los dibujos infantiles, que son utilizadas por educadores y terapeutas
Los estudios han concretado técnicas evaluativas e interpretativas de los dibujos infantiles, que son utilizadas por educadores y terapeutas como una forma complementaria de analizar e identificar determinados problemas o conflictos psicológicos de los pequeños. Una de estas técnicas es el Test del Garabato, que analiza las proporciones, el tamaño, la distribución o los colores de los elementos que dibujan los niños. El test HTP (casa, árbol, persona) es también muy popular y está destinado a obtener información sobre la sensibilidad, la madurez y la integración social. Para dotarles de rigor científico, estos análisis deben ser llevados a cabo por profesionales. Sólo expertos en la materia están capacitados para valorar los resultados e interpretar los factores que intervienen en el proceso de creación de un dibujo.
Animarles a dibujar
Debe ser una tarea espontánea y libre, aunque se puede fomentar el uso de diferentes herramientas
Dibujar es una tarea espontánea y libre. No conviene obligar a los pequeños, ni someterles a la misma disciplina que implican otros aprendizajes. Sin embargo, se puede fomentar la utilización de las diferentes herramientas de dibujo dentro de las actividades diarias. Hay varias formas de animarles a dibujar:
Proporcionarles los materiales adecuados: el garabato realizado por un bebé de un año se parece poco al dibujo detallado que puede pintar un niño de 5 ó 6 años. De la misma forma, uno y otro no usan el mismo material. Los más pequeños dibujan mejor con ceras, pintura de dedos y lápices con puntas grandes y redondeadas de, al menos, cinco centímetros de diámetro. Esta anchura facilita la sujeción entre sus diminutos dedos. Más adelante, cuando sean capaces de sostener objetos con soltura, se les puede facilitar lápices y rotuladores finos, además de iniciarles en el uso de pinceles y témperas. Respecto al soporte, las superficies gruesas (cartulinas, cartones o pizarras) son adecuadas para los bebés, ya que resisten mejor la fuerte presión que, en algunos casos, ejercen al dibujar.
Crearles un ambiente: conviene habilitar un espacio en su habitación, o en el cuarto de juegos, para dibujar. Destinar un lugar especial es una buena opción para que el niño se sienta atraído por esta actividad. Una mesa y una silla con la altura adecuada a su edad les hará sentirse cómodos. Hay que inventar "su sitio de dibujo". Para fomentar el orden, es recomendable contar en este ambiente con una cajonera específica en la que guarden los materiales de pintura, de modo que el niño sepa siempre dónde están y pueda dibujar cuando lo decida.

ejercicios para niños distraidos


Ejercicios para mejorar la falta de atención
Los adultos pueden ayudar a los niños a potenciar esta capacidad imprescindible para el aprendizaje
"Se distrae mucho en clase", "no atiende cuando se le habla", "es muy despistado". Muchas de estas frases son pronunciadas de manera habitual por los docentes al describir el comportamiento de algunos alumnos en clase. Pero se resumen en un único concepto: falta de atención. Esta capacidad, básica para desarrollar la mayoría de las tareas escolares, se puede reforzar y ejercitar por medio de juegos y actividades atractivas para los niños.


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Los problemas de atención en edad preescolar tienen una relación directa con el fracaso académico. Ésta es una de las principales conclusiones que destaca un reciente estudio realizado por la Universidad de California Davis. La investigación, en la que han participado cerca de 700 niños durante más de 20 años, revela que el déficit o la falta de atención puede frenar el aprendizaje. Cuando esto ocurre desde la etapa preescolar, es probable que afecte al rendimiento en ciclos educativos posteriores.
Muchos de estos niños padecen lo que se denomina déficit de atención con hiperactividad, más conocido como TDAH, un trastorno que afecta a entre un 3% y un 6% de los niños en edad escolar de nuestro país, casi un niño por aula. Una vez diagnosticados, estos menores deben ser tratados por un profesional. Los padres y docentes deben intervenir en los aspectos que les recomienden los expertos.
Los padres y docentes deben intervenir en los aspectos que les recomienden los expertos
Sin embargo, otros motivos favorecen la falta de atención de los más pequeños de manera puntual o generalizada. Son aspectos que afectan a su proceso de aprendizaje y a su actividad en el aula. No aprenden bien los conceptos, tienen lagunas porque no han prestado atención y, cuando estudian, se sienten confusos.
En estos casos, los adultos pueden intervenir y potenciar la capacidad de atención mediante ejercicios sencillos y juegos que enseñen a los niños a retener la información importante e ignorar las distracciones. Estas actividades permiten entrenar tanto la atención visual como la auditiva, ambas muy necesarias para adquirir destreza en el estudio y para ejercitar la memoria.
Es importante mostrar la actividad siempre como un juego, para que los niños estén más motivados
Al trabajar la capacidad de atención, hay que mostrar la actividad siempre como un juego para que los niños estén motivados. Así se recomienda desde el Departamento de Orientación del Colegio San Gabriel, de Alcalá de Henares (Madrid), que aconseja practicar dos o tres veces por semana, durante un máximo de 15 minutos al día. Estos especialistas, que cuentan con un amplio listado de actividades para cada etapa educativa, recalcan que no hay que facilitar la tarea, sino ayudar sólo cuando sea necesario y no marcar los errores. El mismo niño debe ser quien los descubra.
Ejercicios y actividades
En la web "Orientación Andujar" se recoge un amplio listado de ejercicios para mejorar la atención. De utilidad para padres y docentes, se pueden descargar y emplear en el momento en el que se necesiten. En "Psicología y Pedagogía", blog de especialistas en estas disciplinas (infantil y juvenil), se recomiendan un buen número de juegos clásicos, como puzzles, dominó o cartas, para entrenar la atención con los más pequeños.
Además de los recursos que se encuentran en Internet, en casa se pueden realizar otras muchas actividades sencillas, aconsejadas por los orientadores y que ayudan a los padres a potenciar la capacidad de atención de sus hijos:
Enumerar tres, cuatro o cinco cosas (según la edad) que puede encontrar en casa y pedirle que las traiga para comprobar que ha atendido al listado.
Decirle una palabra o un número. A continuación, recitar un listado de palabras o números, entre los que se encuentre el anterior, y pedirle que haga una señal cuando lo escuche.
Colocar diferentes elementos en una mesa, en un orden determinado. Variar luego el orden para que vuelva a colocarlos en el modo inicial.
Guardar varios objetos en una caja, cerrarla y pedirle que repita el nombre de todos los objetos que están en su interior.
Disfrazarse con varios adornos y quitarse algunos para que descubra cuáles han desaparecido.
Qué puede hacer el profesor
Captar la atención de los alumnos en clase es uno de los primeros retos a los que se enfrentan los docentes
Captar la atención de los alumnos en clase es uno de los primeros retos a los que se enfrentan los docentes en el aula. El psicopedago Juan Vaello Orts, autor, entre otras obras, del libro 'Cómo dar clase a los que no quieren', considera que en el ámbito escolar se distinguen dos tipos de atención: la del alumnado, que debe ser concentrada en torno a la tarea o al profesor, y la del docente, que debe distribuirse entre todos los estudiantes por igual. Vaello apunta diferentes estrategias para captar la atención y para mantenerla:
Asegurar la atención de todos los alumnos y no comenzar la clase hasta haberlo conseguido.
Advertir al alumno distraído de manera individual, llamarle por su nombre. Si este paso es ineficaz, conviene hacer una advertencia personal privada.
Detectar los elementos que pueden distraer a los estudiantes e intentar anularlos.
Colocar a los alumnos de menor rendimiento más cerca del docente.
Iniciar la clase con actividades que favorezcan la atención, como preguntas breves sobre la clase anterior o ejercicios prácticos.
Utilizar distintas formas de presentación de los contenidos de la materia, como lecturas, videos, etc. Variar las tareas que deben realizar los estudiantes para evitar la monotonía.
Detectar cuáles son las metodologías que consiguen un mayor nivel de atención en los alumnos y utilizarlas en los momentos claves, como al final de la clase, cuando están, en general, más cansados.
Por otra parte, Isabel Orjales, doctora en Pedagogía, señala en su manual para padres y educadores 'Déficit de atención con hiperactividad' diferentes tácticas para mantener el nivel de atención individual de los alumnos con este trastorno, pero que pueden utilizarse con estudiantes que denotan en el aula falta de interés y exceso de distracción. La base fundamental es conseguir que este alumno participe en el aula: sacarle a la pizarra o hacerle preguntas frecuentes y fáciles para favorecer su dinamismo en clase. Para conseguir atraer su atención y evitar que se disperse es recomendable acercarse a su mesa y continuar allí la explicación, o bien apoyar la mano en su hombro mientras se expone al resto de los estudiantes.

alimento integral para niños y adolescentes



Alimentos integrales para niños y adolescentes
Aumentar su consumo requiere usarlos en los lugares donde comen con frecuencia, como escuelas o el propio hogar
Un mayor consumo de alimentos integrales ayuda en la prevención de enfermedades crónicas y en la estabilización del peso debido, en parte, al control de la saciedad y del apetito. En España, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), mediante la imagen gráfica de la Pirámide de la Alimentación Saludable, da preferencia a los alimentos integrales entre la población infantil, si bien este consejo no se refleja en los hábitos de consumo de niños y adolescentes.

Los resultados de la mayor encuesta de consumo y práticas dietéticas, "Hábitos alimentarios en la población juvenil española. Estudio Enkid (1998-2000)", revelan que menos de la mitad de los niños y jóvenes españoles de entre 4 y 24 años tiene un buen nivel de alimentación. En el resto de la muestra se reflejan carencias o hábitos alimentarios inadecuados. Entre los datos más relevantes cabe citar que tan sólo una cuarta parte de la población infantil y juvenil toma fruta o zumos y el 80% consume más cantidad de grasa de lo aconsejado. Gustan de productos como la bollería y los snacks industriales, las comidas rápidas y las frituras.
Todavía son muchos los niños y jóvenes, además de numerosos adultos, que optan por los alimentos refinados. El consumo de las versiones integrales les resulta anecdótico. Los adolescentes y jóvenes son grupos de población diana sobre los que se puede y se debe incidir para fomentar unos hábitos alimentarios saludables, dada su preocupación por la relación entre alimentación, aspecto físico, bienestar mental y salud en general.
El consumo de alimentos integrales entre niños y adolescentes es anecdótico
En un análisis realizado entre una muestra de adolescentes en Estados Unidos, se comprobó que tan sólo el 5% de los menús del comedor escolar daban la posibilidad de comer pan integral. Se estudió la oferta de este pan por ser un alimento de consumo diario y repetido. En la última revisión de menús escolares realizada por CONSUMER EROSKI en 2008 sucedía algo similar: sólo los menús semanales de tres colegios, de los 211 analizados, contemplaban la posibilidad de escoger pan integral. Más anecdótica fue la oferta de platos de arroz y de pasta integrales en los menús infantiles.
En el estudio americano, publicado este mes de febrero en 'Journal of American Dietetic Association' (JADA), además de conocer la frecuencia de consumo de estos alimentos entre adolescentes y adultos jóvenes, se trataron de identificar los factores socio-ambientales, personales y de comportamiento que se correlacionan con un mayor consumo de granos integrales en este sector de población. En el cuestionario se recogían preguntas acerca de la costumbre de comer alimentos integrales en familia o con amigos, si había pan integral en casa o si se estaba seguro de que pudiera cambiar y comer al menos tres porciones diarias de granos enteros (pan, galletas y cereales de desayuno). Se evaluó también el gusto por el pan integral (y los granos enteros) con cuatro respuestas que evaluaban los comentarios desde "muy en desacuerdo" a "muy de acuerdo", así como sobre la percepción que se tiene de los alimentos integrales en relación con la salud.
Los resultados del estudio sugieren que las intervenciones hacia una alimentación más integral deben abordar la disponibilidad de estos productos en los lugares donde los niños y jóvenes acostumbran a comer, como escuelas, hogares o restaurantes. Se ha comprobado que, tanto en los restaurantes y establecimientos de hostelería, como en el ámbito doméstico, no se tiene costumbre de cocinar con productos integrales, sino refinados, una primera deficiencia que se debe tratar.
Camino progresivo hacia lo integral
El niño pequeño que comienza a comer alimentos sólidos es receptivo a estos, sus sabores, olores y texturas. Es el momento adecuado para ofrecerle desde el principio alimentos integrales; desde el pan (se puede comenzar por el pan de molde) hasta el arroz integral. Si el objetivo es mejorar los hábitos, el cambio hacia lo integral ha de ser progresivo para que se mantenga en el tiempo, ya que el niño está acostumbrado a otros sabores y enseguida notará la diferencia, que puede ser la razón de su rechazo.
Los cambios deben ser sutiles pero constantes para que el niño se acostumbre poco a poco a una alimentación más saludable.
En los desayunos. El inicio puede ser la elaboración de repostería y masas caseras con harina integral, como el bizcocho. Otra opción consiste en mezclar, a partes iguales, harina refinada e integral. Esta última servirá para la elaboración de otros productos artesanos, como galletas o magdalenas. Un desayuno energético mediante arroz integral con leche y canela puede convertirse en el deseado por los más pequeños si les gusta el sabor dulce. En esta primera ingesta del día, el cambio también pasa por sustituir los cereales más azucarados por otros completos, tipo muesli, con granos enteros de arroz hinchado o de avena. Se puede comenzar por mezclar una cucharada de estos nuevos con los cereales de siempre y aumentar de manera gradual la cantidad.
Los almuerzos y meriendas. El pan de molde integral o el pan normal integral es una opción acertada para la preparación de los sándwiches o bocadillos de los más pequeños. Según el último análisis comparativo realizado por CONSUMER EROSKI en noviembre de 2009, los panes de molde integrales son más saludables que los blancos. Tienen más del doble de fibra, menos grasa saturada y son menos calóricos.
Las comidas y las cenas. Los cereales integrales (arroz, mijo) y sus productos derivados, como las pastas (espaguetis, macarrones o cuscús, entre otros), el pan integral o las masas para pizza pasan a formar parte de la dieta uno a uno y de forma paulatina para que el niño se acostumbre a su sabor y textura, sin que sufra los inconvenientes de un consumo excesivo de fibra. Cualquier receta de pasta o de arroz se puede elaborar con las versiones integrales de estos alimentos, con la salvedad de que les cuesta más tiempo cocerse.
La AESAN, en su guía "Una alimentación sana para todos" anima a que se elijan alimentos integrales y se integren en los menús infantiles semanales.
MÁS INTEGRAL, MÁS FIBRA
La cantidad en gramos de fibra que necesita consumir un niño a diario se calcula con una fórmula sencilla: a su edad se le suma 5. El incremento de la fibra en la dieta debe hacerse de manera gradual, ya que el exceso puede provocar flatulencia, distensión y dolor abdominal, además de heces blandas e incluso diarrea. La fibra dietética se encuentra en exclusiva en los alimentos de origen vegetal: cereales integrales y derivados (pan, pasta, galletas, bizcochos...), frutas (la fibra abunda en su piel), verduras y hortalizas, legumbres, frutos secos y frutas desecadas. Esta particularidad hace que se puedan considerar alimentos laxantes, cuyo consumo es un remedio seguro para prevenir el estreñimiento.
No es difícil alcanzar los requerimientos diarios de fibra. En el caso de un niño de diez años, los 100 gramos de pan integral que se puede comer a diario entre el bocadillo del almuerzo o la merienda, y los trozos de pan de la comida y de la cena, suponen un aporte de unos siete gramos de fibra, la mitad de la cantidad que necesita en todo el día. Los alimentos integrales, por su riqueza en fibra, redundan en importantes beneficios en el organismo:
Ayudan a prevenir el estreñimiento en los niños ya que aumenta el bolo fecal y acelera el movimiento intestinal. Tan importante como aumentar la cantidad de fibra es tomar suficiente agua para evitar que se aglutine en el intestino y forme una masa seca y dura que agrave más el estreñimiento.
Sacia más y ayuda al niño a controlar su apetito. Ésta es una importante medida preventiva frente a la obesidad infantil, un problema creciente en este sector de población. Los hidratos de carbono que contienen los alimentos integrales, como el pan, el arroz, la pasta o las legumbres, se absorben de forma lenta, por acción de la fibra. El niño recibe la glucosa -la energía- de forma gradual y este efecto le ayuda a calmar su apetito durante más horas.
Ayuda a reducir los niveles de colesterol que, aunque es un trastorno propio de las personas adultas, cada vez son más los niños que lo tienen elevado. Éste se relaciona con el desarrollo de