19 de marzo de 2010

temer


Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mi mismo.Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mí.Temía que me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo.Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo.Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.Temía al cambio, hasta que vi que aún, la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.Hagamos que nuestras vidas cada día tengan mas vida y si nos sentimos desfallecer no olvidemos que al final siempre hay algo más.El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.

decorando con telas


Revestir una paredcon tela



Esta tarea se simplifica si el tejido se encola sobre el muro en lugar de graparse
Los revestimientos textiles son, junto con el papel pintado, una opción decorativa para las paredes que ha resurgido tras décadas en desuso. El entelado de una superficie proporciona un acabado original y cálido a la estancia. No es una tarea que destaque por su sencillez, pero el grado de dificultad se rebaja si la tela se encola en lugar de graparla. Como condición indispensable, la pared debe estar libre de humedades, limpia y sin irregularidades.

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Preparación del soporte


La fase de preparación previa a la colocación del revestimiento es poco compleja ya que, a diferencia de la técnica del grapado -similar a la del tapizado de muebles, pero a gran escala- el encolado de la tela no requiere la instalación de bastidores de madera ni de muletones en todo el perímetro de la estancia.
Antes de revestir con tela, bastará con que las paredes estén limpias, secas y que su superficie sea lo más lisa posible. Si los muros tienen imperfecciones, como desconchones o perforaciones antiguas, conviene taparlos con productos de sellado. Para asegurar la adherencia de la tela sobre las paredes, es fundamental que en las zonas en las que se aplique la cola se limpie la pintura y no haya restos de papel antiguo. No es necesario encolar toda la superficie que se entele, sólo se distribuirá cola (de contacto, líquida especial o acrílica) en los bordes del perímetro de la estancia y en los márgenes de puertas y ventanas. Es aconsejable crear un camino de cola con un grosor de entre 15 y 20 cm. La cantidad de tela necesaria es similar al perímetro de la habitación, pero es recomendable guardar un margen de seguridad, de al menos 50 cm por cada metro lineal.

Instalación


Las telas que se utilizan para entelar muros son de gran anchura y se comercializan en rollos de dimensiones considerables, similares a la altura de una habitación. La forma de proceder para revestir las paredes con textil no es la misma que se emplea para el papel pintado. En este caso, se encola el soporte y el revestimiento, en lugar de colocarse en tiras, se superpone de forma continua. Para facilitar esta tarea, el tejido no se debe desenrollar.
La tela mural no se coloca en tiras, sino que se reviste de forma continua
El rollo de tela se coloca en posición vertical frente a los muros y, a medida que se avanza, la tela se suelta y se adhiere a la pared. Para asegurar un agarre correcto, conviene presionar las zonas encoladas con la mano o con una espátula, pero sin tensar en exceso el tejido. Si las paredes que se entelan tienen ventanas o puertas, se forran como si fueran un muro más y no se recorta su silueta. Una vez que toda la superficie está forrada, se enrasan de nuevo los bordes de cada pared con una espátula y se recorta la tela en bordes, ángulos y perímetro de aberturas (ventanas y puertas).

Telas murales


Cuando la tela se encola sobre la pared, no se necesitan bastidores de madera sobre los que grapar el textil ni muletones de espuma que le den más cuerpo. En este caso, son telas específicas para la tapicería mural que ya cuentan con una capa de espuma en su reverso. Algunos modelos tienen en la cara visible un refuerzo de polietileno para impermeabilizar el material o, incluso, un tratamiento especial para impedir que la tela absorba manchas o acumule polvo.
Para su mantenimiento, es recomendable pasar por el tapiz la aspiradora, a una velocidad baja, de forma regular. En caso de que se viertan líquidos sobre el tejido, se deben eliminar las manchas, de forma inmediata, con una bayeta humedecida en agua y jabón neutro.

De la Kabbalah... por Yehuda Berg

Aún con nuestros ojos abiertos, a menudo pasamos nuestra vida durmiendo. Soñamos en lo que fue ayer o lo que será mañana, mientras nos estamos perdiendo de las oportunidades para crear una alegría tremenda y dar pasos importantes en este mismo instante. Hoy, mantente despierto. Realmente despierto.

sugerencias para aceptar el reto de libertad


Intente apartar a todos los enemigos de sus pensamientos. La misma inteligencia que fluye a través de usted fluye a través de todos los seres humanos. Olvídese de las cosas que los intereses creados quieren que crea. Todos somos uno; cada uno, una célula de ese cuerpo llamado humanidad. Cuando se tiene esta mentalidad universal, la persona se ve libre del odio que divide a la humanidad, y es incapaz de participar en la violencia. El acto de herir a otro, con palabras o armas, es un acto de separación. Cuando uno sabe que está conectado con todo, no puede ni imaginar que golpea a otros, mucho menos sentir odio por pretendidos enemigos. La respuesta a nuestros problemas de violencia se halla en el reino espiritual.
-Piense en usted mismo como alguien sin limitaciones y establezca una nueva relación con la realidad. Imagínese capaz de conseguir cualquier cosa que su mente pueda representarse. Sueñe que vuela, que cambia de forma, que desaparece y reaparece, y cualquier cosa que le resulte atractiva. Establezca una nueva relación con la realidad que sólo dependa de lo que usted quiera ser. Despójese de todo lo que le han dicho que es imposible o irreal, y establezca con Dios lo que es posible para usted. Examine todas las dudas que tiene sobre los milagros y quienes los obran, y reemplace esas dudas por una postura abierta. Su meta es tener una relación muy personal con la realidad.
-¡Abandónese! Esto implica un acto del corazón. El acto de entrega tiene lugar en un momento. Deje atrás sus conflictos con lo que es y lo que puede ser, y abandónese. Deje de preguntarse: “¿Por qué yo?”. Acepte el hecho de que su cuerpo morirá y que usted es eterno. Fúndase con este concepto cuando alguien muera, y deje de decirse que su muerte no debería haber sucedido de la forma en que sucedió. Puede abandonarse y aceptar, y también puede llorar. Repare en cualquier diálogo interno repetitivo sobre los horrores y tragedias del mundo. Abandónese y despójese de él. Esto no significa que vaya a regocijarse con el sufrimiento de los demás. Significa que no centrará su energía interna en el sufrimiento. Lo cual le hará sentirse más dispuesto a eliminar el sufrimiento de los demás. Cada día mueren millones de personas, y millones más aparecen en este planeta. Es una obra de constantes entradas y mutis. Todas sus opiniones sobre cómo debería suceder no son más que nociones que uno tiene de cómo Dios debería dirigir esta obra. Pero todo es perfecto; incluso la parte que le desagrada o juzga negativa. Abandónese y tenga presente que también usted es uno de esos personajes que han hecho su entrada y acabarán haciendo un mutis. Pero tenga también presente que es eterno, y que ésa es su más cierta realidad. ¡Abandónese! Sólo requiere un instante.
-¡Sueñe despierto! Eso es. Recuerde que no tiene por qué irse a dormir para poder soñar. Concédase momentos para soñar sin dormir. Permita que su mente cree todo lo que puede crear cuando sueña dormido. Mediante la práctica de este ejercicio llegará un día en que no será capaz de distinguir entre sus sueños de vigilia y sus sueños nocturnos. Éste es un lugar maravilloso, porque le proporciona la oportunidad de crear mentalmente el marco de su experiencia vital. Soñar despierto puede hacerle sentir ilimitado. Lo hacía de niño y le etiquetaban de soñador. Pero aquéllos fueron momentos maravillosos. Cuando se libera de los límites autoimpuestos que experimenta en la conciencia de vigilia, entra en el mundo del espíritu. Es ahí donde llega a conocer su yo superior, a experimentar a Dios. Es ahí donde puede mantener conversaciones con esas personas, importantes en su vida, que ya han fallecido. Es ahí donde puede recibir guía y la confirmación de su esencia inmortal.En la luz de Cristo,Centro Escuela Claridad.

algunas ideas para ir mas alla de las apariensas


Tómese unos instantes para quedarse muy quieto. En silencio, comience a liberarse del apego a las impresiones externas. Puede imaginarse haciendo una enorme hoguera y arrojando cosas en ella. Eche allí sus joyas, ropas, automóviles, trofeos, todo, incluso su título académico. Con cada objeto que vaya a parar al fuego imaginario, sienta que cada vez es más libre.• Quite las etiquetas que le ha pegado a su vida. Realice un intento de describirse sin usar ninguna etiqueta. Escriba unos párrafos en los que no mencione su edad, sexo, posición, titulación, logros, posesiones, experiencias, herencia ni datos geográficos. Sencillamente escriba quién es, al margen de toda apariencia. Al principio resulta difícil describir el yo eterno, inmutable y espiritual, esa parte de usted que no se identifica con los sentidos. La observación de que sufrimos de una ceguera particular que sólo ve lo visible podría ser la razón de nuestras dificultades. Cuando quite las etiquetas, verá la parte invisible de su ser.• Busque la amorosa esencia divina en los otros. Tómese un día para intentar ver la plenitud de Dios en todas las personas con las que se encuentre. En lugar de ver sólo otro ser físico, diga para sí que el Cristo de mi interior está encontrándose con el Cristo del interior del otro. O pase un día recitando en silencio la palabra “amor” siempre que se encuentre con otro ser humano. Esto tiene un efecto tan poderoso que podría decidir usarlo como un silencioso mantra a lo largo del día. Cuando podemos reemplazar nuestro yo físico por la energía espiritual que hay en todos nosotros, no ha lugar para el enjuiciamiento.• Defienda al ausente. Cuando se encuentre en una conversación en la que se ataque a personas que no están presentes, defienda a esa persona. Adquiera el hábito de ser la persona del grupo que defienda a los que se encuentran ausentes. Puede preguntarse en voz alta cómo explicaría esa persona los aspectos que están siendo criticados, y sugerir que podría haber más de lo que se ve en la superficie. Este tipo de declaraciones sirve para dominar la necesidad que tiene su ego de comparar y sentirse superior, y sirve a su yo superior, que quiere ayudar a los demás. Ésta es una lección particularmente beneficiosa para enseñársela a sus hijos, los cuales tienen la tendencia a formar grupitos y despellejar al ausente. Pregúntese siempre: “¿Quién está aquí para defender a la persona que no está para defenderse por sí misma?”.• Recuerde que un músculo se desarrolla levantando objetos pesados. Esto también es aplicable al ámbito de lo espiritual. Crecerá espiritualmente mediante misiones cada vez más difíciles. Una de éstas es no tomar en consideración los mensajes del ego para que se evalúe según, los criterios de la apariencia y las posesiones. Pero ha de saber que cada vez que consigue hacer menos juicios respecto de los demás o de sí mismo, se hace más fuerte.
En la luz de Cristo,Centro Escuela Claridad


Los aceites que más perjudican nuestra salud


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Los aceites de coco y de palma no comparten ni composición saludable ni propiedades beneficiosas con el resto de aceites vegetales. Estos aceites, a diferencia del resto, concentran en su composición ácidos grasos saturados. En el aceite de oliva y en los de semillas (girasol, maíz, soja), las grasas saturadas apenas alcanzan el 10-13% del total de su grasa, mientras que en el aceite de coco suponen el 90% y en el de palma más del 50%. El principal problema es que el uso de los aceites de coco y palma se ha extendido entre la industria alimentaria, en particular en la elaboración de bollería, repostería, pastelería industrial, en los snacks y los productos precocinados y helados. Se camuflan bajo la denominación de "aceites vegetales", término que puede confundir a un consumidor profano en la materia, que asocia "vegetales" con "saludable". El consumo frecuente y abundante de grasas saturadas tiene un vínculo directo con el aumento de los niveles de colesterol, de manera que aumenta el riesgo de trastornos cardiovasculares. De ahí que se insista en comparar ingredientes entre unas marcas y otras, y escoger, siempre que se pueda, aquellos productos que especifiquen el tipo de aceite vegetal que añaden; oliva, girasol, maíz, soja...

Cómo reutilizar el aceite de forma saludable


El aceite de oliva es el más adecuado para freír. Es el que mejor resiste las temperaturas de hasta 160º-200º necesarias. Es el más estable y el que se descompone más lentamente. Otra ventaja: impregna menos al alimento frito, con lo que el aporte calórico extra es menor.
Conviene no mezclar nunca aceite nuevo y usado, tampoco aceite de oliva con otro de semillas. Estos productos tienen diferentes puntos de humo. El de oliva aguanta una mayor temperatura que el resto y, si se mezclan, uno quema al otro y se generan sustancias irritantes y potencialmente tóxicas.
Se recomienda evitar el sobrecalentamiento. Es preferible no sobrepasar durante la fritura una temperatura de 170ºC. Si se utiliza una freidora eléctrica, se puede regular el termostato y evitar que el aceite no humee ni se oscurezca. Si la temperatura es demasiado elevada también se generan sustancias irritantes y potencialmente tóxicas, por lo que se deberá desechar siempre el aceite sobrecalentado.
Los alimentos deben estar secos, ya que el agua favorece la descomposición del aceite.
Es aconsejable filtrar el aceite después de cada fritura para eliminar restos de alimentos, que son proclives a su oxidación y descomposición.
Hay que cambiar con frecuencia el aceite de fritura. Su aspecto (con restos de alimento, oscurecido, denso o líquido...) será el que marque un nuevo uso (el máximo sería cuatro) o su retirada.

Los trucos más socorridos


Si la botella de aceite se ha espesado demasiado por el frío hay que sumergir la mayor parte de la botella en un barreño de agua caliente, pasados unos minutos se agita con fuerza y el aceite quedará más fluido.
Para evitar que el aceite salte cuando se está friendo algún alimento hay que dejar flotar media cáscara de huevo muy limpia durante la fritura.
Con el fin de impedir que el aceite salpique cuando se calienta porque tiene algo de agua el recipiente, hay que añadirle un poco de sal cuando comience a calentarse.
Para comprobar si el aceite está en su punto para freír, nada mejor que echar una miga de pan, que deberá dorarse, pero sin quemarse.
En ocasiones el aceite usado queda turbio. Una forma de que quede transparente para luego poder colarlo y conservarlo limpio para otra ocasión es freír en el aceite turbio una ramita de perejil y colarlo después. Si sigue turbio se puede colar por un filtro de los que se utiliza para el café, una vez que el aceite se haya enfriado.
Si se desea que los alimentos empanados o rebozados queden más crujientes y menos aceitosos, se puede añadir una cucharada de agua por cada huevo batido. Una vez fritos, conviene colocarlos sobre papel absorbente de cocina para eliminar el exceso de grasa.

DISTINTOS TIPOS DE ACEITE




Aceite: oro líquido para la salud


Dentro de los aceites vegetales, el de oliva encabeza la lista de beneficios para el organismo, pero no es el único con propiedades saludables
El zumo más consumido en nuestro país no se obtiene de la naranja, sino de la aceituna. El aceite de oliva es un tesoro gastronómico que conjuga como pocos el placer para el paladar y el cuidado de la salud. Ayuda a disminuir el colesterol malo del organismo, lo protege del riesgo de padecer enfermedades coronarias, facilita la digestión y además, contiene propiedades antioxidantes. Y todo ello sin dejar de ser un clásico en los aliños de ensaladas, un recurso que aporta personalidad en las salsas y el mejor compañero en las frituras. Ahora bien, el aceite de oliva domina, pero no monopoliza. El de girasol se mantiene como el segundo tipo de aceite más consumido en nuestro país. En muchos hogares, su modesto precio es su mejor carta de presentación. Pese a que la fama, bien merecida, la acapara el aceite de oliva, el de girasol representa una alternativa económica que también destaca por sus propiedades nutritivas y cuyo consumo aporta efectos cardioprotectores. Para exprimir al máximo sus propiedades, es recomendable conocer sus atributos para el organismo y seguir unos sencillos consejos en su uso y conservación.

El milagro del aceite virgen extra


El aceite de oliva es un bálsamo para el cuerpo gracias a su composición: cerca del 85% de la grasa que contiene es insaturada, la más saludable. En ella se concentran ácidos monoinsaturados como el oleico, que es el más equilibrado, y el poliinsaturado ácido linoléico. Este cóctel nutritivo ayuda a disminuir el colesterol malo (LDL-c) del organismo al mismo tiempo que conserva el bueno (HDL-c) y, en consecuencia, previene las enfermedades cardiovasculares. El listado de remedios no acaba ahí. El aceite de oliva también ayuda a mantener baja la presión sanguínea y alivia los efectos de la artritis. Gracias a su poder antioxidante, este tipo de aceite mejora el flujo cardiovascular y ayuda a retardar el proceso de envejecimiento de las células. Además, contiene vitaminas A y E, y su consumo contribuye a mejorar el aspecto y tersura de la piel. Entre los distintos tipos de aceite de oliva que se comercializan, el más apreciado en el ámbito culinario y nutricional es el aceite de oliva virgen extra. Es la máxima categoría comercial y se obtiene del prensado de las aceitunas sin otra manipulación que la mecánica. No puede superar una acidez de 0,8º. Le sigue en la clasificación el aceite virgen, para el que se sigue el mismo proceso de elaboración que el anterior, aunque su puntuación en la cata es más baja y su acidez es diferente, tiene un máximo de hasta 2º. Estos números representan el porcentaje de ácidos grasos libres, ácidos que aparecen cuando las aceitunas se encuentran en mal estado o el aceite ha sido inadecuadamente tratado o conservado. Por tanto, en los aceites vírgenes, a menor acidez, mayor calidad. El tercer tipo se denomina aceite de oliva. Es el más consumido y está compuesto por una mezcla de aceite de oliva refinado y virgen. En esta clase de aceite el grado de acidez (el máximo permitido es 1) no es un indicador de calidad. Por último, se halla el aceite de orujo de oliva, que no pertenece a la familia de los vírgenes y es el de peor calidad.

El aceite de girasol también cuenta


El de girasol es, junto al de soja y el de maíz, un aceite de semillas. Está formado por grasa en un 99,9%, al igual que el de oliva. En su composición sobresalen los ácidos grasos poliinsaturados, de los que destacan el ácido linoleico (omega 6) y el ácido alfa-linolénico (omega 3). Estos ácidos grasos son componentes importantes de las membranas celulares, son necesarios para el crecimiento y la reparación de las células, y están relacionados con sustancias del organismo responsables de regular la presión arterial, la respuesta inflamatoria o la coagulación sanguínea. Los dos se consideran esenciales y deben consumirse a través de los alimentos, ya que el organismo no los puede producir por sí solo. El aceite de girasol también aporta grasa monoinsaturada en forma de ácido oleico, pero en menor cantidad que el que se encuentra en el aceite de oliva.
El de girasol ejerce a su vez una acción antioxidante ya que es, después del aceite de germen de trigo, el más rico en vitamina E. Por otro lado, las grasas poliinsaturadas que contiene el aceite de girasol generan efectos cardioprotectores en el organismo: ayudan a reducir los niveles de triglicéridos, disminuyen el riesgo de formación de coágulos sanguíneos y previenen la trombosis y los accidentes cardiovasculares-cerebrovasculares. La vitamina E que proporciona este aceite ayuda a evitar la oxidación de las células del organismo y a protegerlo de la acción de los radicales libres. Esto se traduce en un menor riesgo de padecer enfermedades degenerativas como la arterioesclerosis y ciertos tipos de cáncer. Pero las bondades de este alimento tan completo no acaban aquí, ya que sus propiedades beneficiosas son mayores cuando el aceite que se consume pertenece a la categoría de "alto oleico". Una denominación que se obtiene a partir de semillas de girasol especiales. El resultado es un aceite con propiedades muy similares al de oliva. Sin embargo, no comparten el mismo precio. Es una alternativa intermedia. Ni cuesta tanto como el de oliva, ni es tan económico como el de girasol convencional.