24 de mayo de 2010


SONETO DE LA UNIDAD DEL ALMA


Yo que tengo la voz desparramada,yo que tengo el afecto dividido,yo que sobre las cosas he vividosiempre con la memoria derramada;yo que fui por la tierra desolada,yo que fui bajo el cielo prometidocon el entendimiento repartidoy con la voluntad multiplicada;quiero poner ahora la energíade la memoria, del entendimientoy de la voluntad en armoníacon la Memoria que no olvida nuncacon el Entendimiento siempre atentoy con la Voluntad que no se trunca.
Francisco Luis Bernárdez


El simbolismo del arroz




Escrito por Administrador
El arroz tiene prácticamente el mismo sentido simbólico y ritual que los otros cereales principales, el trigo y el maíz.
Don del cielo, testimonia la solicitud del Altísimo. Se dice que al principio crecía espontáneamente, llenando los graneros a perpetuidad. Duró su edad de oro mientras fue inextinguible.
Los esfuerzos actuales por cultivado se consideran un justo castigo a la ingratitud o a la ambición de la raza humana.
Como el pan en el rito católico, el arroz en el shinto es un alimento de comunión: en las ceremonias, el emperador del Japón lo comparte con la diosa del Sol.
El sol, necesario para que madure y la luz hacen transcender el arroz hacia la iluminación y el conocimiento. Por ello los orientales lo asocian al color rojo, principio de la vida, color del alma y del corazón, juventud perpetua por la regeneración.
Como símbolo de la felicidad y de la abundancia por la multitud de sus granos, se arrojan puñados en las bodas. Es probable que esta costumbre, que para los blancos fue en principio americana, se haya inspirado en el ejemplo de los emigrantes asiáticos.
En Tailandia, la calabaza primordial contenía no sólo todas las especies humanas y los textos sagrados, sino también, en lugar de pipas, todas las variedades de arroz.
De “Historia Natural y Moral de los Alimentos”, Alianza Editorial, 1987

el simbolismo de la manzana






Para el esoterismo y la magia blanca la manzana es el símbolo femenino por excelencia, un atributo de Venus: al partirla en dos partes exactamente iguales, verticalmente, se advierte una cierta semejanza con el sistema genital femenino.
Otros, como los pitagóricos, ven en ella, al cortarla de modo horizontal, una estrella perfecta de cinco puntas, el pentáculo clave de la Ciencia Superior, pues abre el secreto del conocimiento del bien y del mal (volvemos a encontrar e! mito de Eva por partida doble).
¿Se trata de una coincidencia que el nombre latino de manzana (malum) sea homónimo del que designa el mal?
Los magos emplean la estrella de cinco puntas como medio de conjuro, cuando no de encantamiento, como en el caso de la manzana de Blancanieves.
La manzana del Cantar de los cantares representa el Verbo divino, quizá a causa de la estrella que contiene. El consumo de manzanas figuraba en el prólogo de todas las profecías bretonas, y el mago Merlín se sentaba a enseñar bajo un manzano.
Con frecuencia asociada al color amarillo o dorado, la manzana, que de por sí ya presenta un simbolismo ambiguo, adopta los poderes de ese color, que pueden ser benéficos o maléficos como los del azufre, celeste o satánico: es la “manzana de oro” de los alquimistas.
Las manzanas de oro del jardín de las Hespérides (aunque seguramente no se tratara de manzanas, sino de otra fruta) eran portadoras de inmortalidad: el azufre transforma el mercurio en el cinabrio de la inmortalidad.
Las manzanas de las Hespérides continuaron su recorrido en la tradición celta, pues, según la leyenda irlandesa, la mujer del Otro Mundo se las entrega al héroe Candle para que se alimente durante un mes, sin que nunca disminuya su número y concederle la inmortalidad durante ese tiempo.
Asimismo se la confieren a los dioses del panteón escandinavo.
La búsqueda de este fruto de la vida eterna fue una de las tareas que Lug, el dios herrero galo, impuso a los tres hijos de Tulerán como pena por el asesinato de su padre.
En la isla de Avalón (el manzanar, en lengua celta), campos elíseos de los héroes difuntos donde se ocultó el rey Arturo, la mujer del Otro Mundo cogió una rama de manzano para Bran, antes de llevado al reino eterno al otro lado del mar.
Con respecto a esto, es interesante recordar que el muérdago - que los druidas cogen la noche de Samain (1 de noviembre, día de difuntos que precede al año nuevo celta, y no el 1 de enero como pretende la seudotradición cristiana) - crece sobre todo en los manzanos.
El poder de procurar una larga vida atribuido a las manzanas interesó a Alejandro el Grande. Durante la expedición en la que buscaba el Agua de la Vida, encontró manzanas capaces de prolongar hasta cuatrocientos años la existencia de los sacerdotes que se alimentaban exclusivamente de ellas.
¿Comió Alejandro las suficientes? Murió de paludismo a los treinta y tres años…
De “Historia Natural y moral de los alimentos”, Alianza Editorial, 1987

celebrar


Magia, pasión y risas


Que no te importe lo que digan vos probá ponerle a tu vida magia, pasión y risas y después observá los resultados.No importa que tengas 20o que rondés los 80,con estos ingredientes no necesitás llevar la cuenta.Magia. . .descubrí magia en todo imaginate flotar entre estrellas y algodones.Pasión. . .que nunca te abandone poné garra descubrí tus dones.Risas. . .que te puedo decir experimentá vos empezar y terminar tu día con una buena sonrisa.Magia, pasión y risas que te traspasen y se te hagan carne que te vuelvan fuerte y a la vez sutil.Jurá, brincá, reí disfrutá tu ser y celebrate más y más cada día.

Marta Susana Fleischer



legumbres



De alimento indispensable a prescindible. Este es el camino que han recorrido las legumbres a lo largo de las últimas décadas. Durante muchos años, judías, lentejas y alubias eran las reinas indiscutibles en la cocina de la mayoría de los hogares. Su módico precio y el inestimable aporte energético que proporcionaban -suficiente incluso para convertirlos en plato único- eran sus principales atributos.
El eterno sambenito de que comer de cuchara engorda, la fase previa de "remojo" que exige su elaboración y los molestos gases que producen tras su ingesta fueron los culpables de acabar con su reinado. Los últimos datos de MERCASA, empresa nacional dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural, ilustran esta brecha: en los hogares donde quien realiza las copras es una persona con más de 65 años, el consumo de legumbres es más elevado, mientras que la demanda es menor si la persona que compra tiene menos de 35 años. Se estima además, que en España el consumo per cápita de legumbres es de 3,3 kilos al año. Una cifra que se sitúa lejos de los cerca de 5 kilos que cada español comía hace apenas 9 años, y en las antípodas de los casi 9 kilos de los años 60. Por orden, hoy en día las legumbres favoritas son los garbanzos, las alubias y las lentejas.
Para desterrar viejos mitos y malas reputaciones inmerecidas los expertos en nutrición de CONSUMER EROSKI recuerdan que para tener una dieta equilibrada las legumbres son indispensables en el menú semanal. Son alimentos funcionales que proporcionan al organismo proteínas e hidratos de carbono, la energía que necesita el cuerpo para vivir. Su consumo frecuente, entre 2 y 4 veces a la semana, consigue efectos beneficiosos frente a enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer y diabetes.
Hidratos de carbono y proteínas, a puñados
Hay un lugar en el que las legumbres, pese a los vaivenes que ha sufrido su consumo, han mantenido su reinado intacto: la pirámide de la alimentación saludable. Ocupan junto a cereales, pasta y patatas, una posición de liderazgo, su base. ¿El motivo? Su alto contenido en hidratos de carbono. Más de la mitad de las calorías de una dieta debe que proceder de estos nutrientes ya que son el principal combustible del organismo, la energía que éste necesita para moverse, trabajar y pensar. Las legumbres que más hidratos aportan son las habas, con un 60%, y la que menos, la soja (26%).
Las proteínas son otra de sus bazas, especialmente en el caso de las habas, lentejas y garbanzos. Su contenido proteico varía, según el tipo de leguminosa que sea, entre los 19 gr y los 25 gr por cada 100 gr. En algunos casos, la cantidad de proteínas que proporcionan las legumbres supera incluso a la de la carne. Eso sí, la calidad del nutriente que procede de las leguminosas es inferior, a excepción de la que posee la soja. No obstante, hay una solución para mejorarla: combinar las legumbres con cereales como el arroz, el cuscús o la pasta. De esta manera, un plato de lentejas o garbanzos con arroz, sopa con garbanzos o pasta con guisantes se convierte en un aporte de proteínas tan completas como las que se concentran en la soja, la carne, el pescado o los huevos. Es un recurso muy útil para sustituir semanalmente algunas raciones de carne o de pescado por un buen plato de legumbres con cereales, con la garantía total de que el nuevo plato es igualmente nutritivo.
Pero los hidratos y las proteínas no son los únicos nutrientes que proporcionan. Las legumbres son fuente de vitaminas B y E. En cuanto a los minerales, aportan de forma notable calcio, zinc, potasio, fósforo y magnesio. Aunque las lentejas se lleven la fama de ser las que más hierro contienen, lo cierto es que todas las legumbres contienen de dos a tres veces más que la propia carne. Ocurre lo mismo que con las proteínas. El organismo absorbe peor el hierro de origen vegetal que el animal. Sin embargo, la vitamina C de otros alimentos que acompañan a las legumbres, como el pimiento verde o el tomate, mejora el grado de asimilación del hierro de las legumbres.
Ahora bien, todas estas cualidades positivas de las legumbres varían ligeramente en función de su método de conservación. Las frescas, como guisantes y habas que no necesitan ni remojo ni cocción, tienen menos hidratos de carbono y calorías que las secas (garbanzos, lentejas, alubias?). Las que se comercializan en conserva aportan más sodio debido a la sal que se les añade como conservante. Y las congeladas concentran mayor cantidad de vitamina C.
Buenas para el corazón
El poderío nutritivo de las legumbres es el responsable de que su consumo frecuente, entre 2 y 4 veces a la semana, tenga efectos beneficiosos en la salud. Ayudan a mantener el nivel en colesterol en sangre bajo, siempre que se combinen con una dieta pobre en grasas. Las saponinas, sustancias abundantes en las legumbres y en especial en las germinadas, son las responsables de reducir el colesterol ya que impiden su absorción en el intestino. Todo ello incide a su vez para que los niveles de riesgo de enfermedades cardiovasculares sean bajos.
Las legumbres tienen un índice glucémico pequeño, después de ingerirlas aumenta poco el nivel de glucosa en sangre. Por ello, son recomendables para los diabéticos ya que contribuyen a mantener los niveles de azúcar en sangre más estables. Además, varias investigaciones desarrolladas indican que su consumo frecuente puede prevenir la resistencia a la insulina de estas personas.
También son un aliado perfecto para combatir el estreñimiento y conservar la buena salud del intestino. La fibra es otro de los nutrientes que más destaca en las legumbres. Un plato de alubias (100gr) aporta alrededor de 18,75 g de fibra, más de la mitad del total diario recomendado. Su consumo habitual favorece el buen tránsito intestinal y previene la aparición de cáncer colorrectal.
¿Engordan o no?
El mito de que las legumbres son "pesos pesados" que aportan demasiadas calorías está muy extendido. Pero, ¿qué es lo que realmente engorda la legumbre en sí o los "sacramentos" que las acompañan? El aporte calórico medio de una ración de legumbres (100gr) oscila entre las 280 y 400 calorías. Una cantidad considerable, dada su particular composición nutritiva, pero que se duplica, e incluso triplica, cuando en el plato coinciden chorizo, panceta, morcilla y otros consortes tan arraigados en nuestra cocina. Las más calóricas son las de tipo oleaginoso como el cacahuete, la soja y el altramuz. En todas ellas, la grasa es de tipo insaturado, la " saludable". Su contenido graso es bajo, entre un 1% y un 6%, a excepción de los altramuces (15%), la soja (17%-20%) y el cacahuete (40%-50%).
Diversos estudios realizados indican que la sensación de saciedad es mayor cuando se come un plato de legumbres que cualquier otro alimento. Una cualidad que evita que aparezca el "gusanillo" del hambre a media tarde y el correspondiente picoteo para acallarlo. Por tanto, no es aconsejable eliminar las legumbres de la alimentación, sino que lo conveniente es variar el tipo de ingrediente que se le añade de forma habitual o reducir, al menos, su presencia.
La otra cara de la moneda
El aporte elevado de fibra de las legumbres tiene efectos saludables en la salud, pero también otros menos deseables: los gases y la hinchazón abdominal. El mejor remedio para combatirlos es incorporar las legumbres de forma progresiva a la dieta, para que el cuerpo se acostumbre a ellas. Sin embargo, no es el único antídoto que funciona. Para reducir la flatulencia tras consumir legumbres hay distintos trucos y consejos que conviene aplicar:
"Asustar a las lentejas". Es una técnica ya tradicional en muchos hogares. Consiste en romper el hervor mientras se cuecen las legumbres. Se retira la cazuela del fuego durante unos minutos o bien se añade agua fría a la que acaba de hervir. De esta manera, se reducen al máximo los oligosacáridos que son los culpables de producir los gases.
Puré. El mayor aporte de fibra procede de los hollejos, o las pieles, de las legumbres. En el intestino se fermentan y ocasionan la flatulencia. Si los hollejos se retiran, se previene su aparición. Tomar las legumbres trituradas en puré o pasadas por el colador chino para quitarles la piel reduce el riesgo de sufrir gases.
Anís. Añadir durante la cocción condimentos carminativos como comino, anís, romero, tomillo o hinojo es otra de las medidas. Facilita la digestión de las legumbres y se reduce el cúmulo de gases.
Sin prisa. Masticar bien los alimentos, comer y beber despacio evita tragar una cantidad excesiva de aire mientras se come.
Infusión. Poner fin a la comida con una infusión digestiva de alguna de las plantas antes mencionadas, o de las conocidas manzanilla y menta poleo es otro de los remedios, tan habitual como efectivo.


informe extraido de la revista española consumer eroski