8 de abril de 2010


Los componentes del giro hacia la meta [...]
• Paciencia, tolerancia y comprensión. Al pasar de la lucha a alcanzar la meta, su yo superior revela la presencia del espíritu, que es la presencia organizativa del mundo manifiesto. Su fe cambiará para ser conocimiento, y usted comenzará a confiar en el amable consejo que su espíritu le proporciona.
La necesidad de luchar para hallar respuestas desaparecerá. Será reemplazada por el conocimiento de que el designio divino revelará cuál será el siguiente paso por el sendero de su búsqueda espiritual.
Este tipo de paciencia, de tolerancia, de comprensión le proporcionará una enorme guía en su vida, y se convertirá en una virtud. Cuando se sienta inclinado a escuchar a su ego, sea capaz de recurrir a esta actitud y decir: “Lo dejo en tus manos. Mi ego me atosiga, pero eso no me brinda satisfacción, así que aguardaré en silencio para ver en qué dirección debo encaminarme. En tus manos estoy”.
Esto no es una abdicación de la propia responsabilidad, como le gustaría hacerle creer al ego. El ego es impaciente, intolerante, incapaz de comprender. Quiere que la acción no se detenga. Y utiliza esas características de manera extremadamente eficaz para mantenernos apartados de nuestro yo espiritual.
Nuestra amorosa esencia divina nos ofrece la infinita paciencia, tolerancia y comprensión que brinda Dios.
Las historias de las vidas de san Pablo y san Francisco de Asís describen el mismo tipo de paciencia. Y está a su disposición en todo momento. Con independencia de dónde haya estado, cómo haya vivido y cuánto haya confiado en su falso yo, la infinita paciencia de Dios está siempre presente.
Al existir la paciencia divina, usted también puede alcanzarla. Todo lo magnífico no tiene miedo alguno del tiempo; en gran medida porque su yo superior sabe que el tiempo no existe, como no sea en nuestras mentes. La infinitud y la eternidad son conceptos que niegan la existencia del tiempo. Su yo superior forma parte de la infinitud y la eternidad, y le ofrece paciencia.
Éstos son, pues, los cinco componentes para alcanzar la meta. Mediante el cultivo de una nueva actitud respecto de la inmaterialidad, la entrega, la aceptación, el asombro, la paciencia, la tolerancia y la comprensión, sentirá que se produce un giro espectacular: un giro que le aleja de la lucha constante. Usted puede llegar al precioso presente con la serenidad que acompaña a su yo superior.
En la luz de Cristo,Centro Escuela Claridad

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