17 de abril de 2010

ponerse en contacto con nuestro yo interior


• Convierta en práctica habitual el irse de paseo a solas. Ésta es una de las formas más sencillas y rápidas de ponerse en contacto con su yo espiritual. Puede realizar esta experiencia mediante la creación de un mantra personal para repetirlo al ritmo de sus pasos; puede ser una frase como “el designio divino resplandece por toda mi persona”, o una palabra sencilla como amor, belleza o paz. Ralph Waldo Emerson era un entusiasta caminante solitario. En la pared de su biblioteca se podía leer la siguiente frase: “Creo que caminar es lo mejor para la humanidad. En las horas felices, creo que todos los asuntos deberían de ser pospuestos por el caminar”.• Tenga presente el consejo ofrecido por Un Curso de Milagros: “Sólo la paciencia infinita produce resultados inmediatos”. Aprenda a ser paciente consigo mismo y con quienes le rodean. Al entrar en el coche, imagine cómo quiere que sea su manera de conducir y sea paciente con todo lo que se presente a lo largo de la ruta. Ser paciente puede tener lugar dentro de su mente mediante el sencillo sistema de mantener un diálogo interno al respecto en favor del desarrollo natural de los acontecimientos. Un sencillo mantra silencioso también fomenta la paciencia. La impaciencia es una respuesta aprendida que en muchos sentidos es malsana. Puede liberarse de esa tendencia impulsada por el ego mediante la observación de sí mismo en frenético movimiento, y permitiendo que su conciencia superior reemplace la impaciencia por amor y aceptación.• Asómbrese ante el milagro que en verdad es la vida. El asombro es una apreciación del trabajo de Dios y de la presencia de la inteligencia divina. Al concederse tales momentos de apreciación, podrá acceder a la meta. Al estar en un estado de reverencia o asombro, uno escoge verse libre de las exigencias del ego y permite a la amorosa esencia divina que se haga sentir. Cuando celebre el momento presente de esta manera, estará alcanzando la meta y viviendo ese momento. Uno de los grandes maestros fue Paramahansa Yogananda, un hombre que salió de la India para enseñarles a los pueblos de Occidente los caminos del yo espiritual. Les dejo con algunas de sus palabras. Se lo ofrezco para que lo medite mientras avanza hacia la meta. “Busca los confines espirituales en tu interior. Lo que tú eres es mucho más grande que cualquier otra persona o cosa que jamás hayas anhelado”. Ésa es la voz de su yo superior que en silencio le recuerda que se acepte a sí mismo y acabe con los anhelos. Nunca va a obtenerlo todo, ya lo es todo usted mismo.
En la luz de Cristo,Centro Escuela Claridad

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