24 de septiembre de 2009

"AUMENTA MI FE"


“Pedid a Dios todos los días que aumente vuestra fe, y la esperanza y caridad que descuidáis también; pero sobretodo la fe, pues con la fe florece la humildad y las cositas malas que guardáis en el corazón se vencen con mayor facilidad.”

Tenemos muchísimos problemas en la vida, tantos que recurrimos a todos buscando ayuda… ¿pero se han dado cuenta de que olvidamos recurrir al más importante de todos?






Dios es nuestro mejor amigo, aquel con quien podemos hablar de cualquier cosa y contarle nuestras cosas, incluso cuando nos esté faltando la fe. Y así es, muchas veces nos falta fe, dudamos mucho, nos cuestionamos a nosotras mismas, y cuestionamos a Dios. ¿Cómo es posible?

Siempre le comento a las personas que me siento culpable porque me falta la fe para muchas cosas de la vida, me fallan las esperanzas, y eso pasa porque no estoy avanzando en la dirección correcta. No estoy pidiendo a Dios del modo que debiera, no hago oraciones como debiese, y además, siempre resulta que nos pasamos el tiempo pidiendo, poco contentas con lo que tenemos… y eso no es bueno.

Dios siempre tiene planes para nosotras, pero somos y nos comportamos en forma egoísta. Queremos que las cosas salgan a nuestra manera, y no damos oportunidad a que Dios haga mejores cosas para nosotras. No tenemos paciencia, carecemos de fe… de esa misma fe que mueve montañas con sólo un pequeño grano de ella.

Al leer tantas tristes historias como las que nos cuentan y compartimos en esta página, una puede preguntarse porqué Dios permite que pasen esas cosas. Pero, ¿quién somos nosotras para cuestionar a nuestro Señor? Sólo debemos amarle, amar a nuestro prójimo, y tratar de ser mejores personas para poder ayudar a los demás.
Muchas veces la falta de amor, el egoísmo excesivo, y la falta de confianza que tenemos en nosotras mismas, no nos permite ver bien las cosas y acabamos actuando como si el mundo estuviese en deuda con nosotras, como si aquellas cosas que nos atormentan no les atormentasen también a otras personas, como que a nadie pudiera importarle.

Pero es precisamente en los momentos de dificultad, cuando estamos afligidas en el corazón, el momento en el que debemos dedicar tiempo de silencio para hablar con nuestro Señor. Dios siempre está escuchando nuestras cosas, y aunque no obtengamos respuesta inmediata, ya llegará la respuesta. Mientras llega confiemos, tengamos fe, intentemos mejorar, ser mejores personas, y un día cualquiera nuestra vida se repondrá y habremos logrado poner en orden nuestros sentimientos.

Pero es bueno dedicarle tiempo a quien tanto nos ama sin pedirnos nada a cambio. Es bueno buscar a Dios, orar para que crezca nuestra fe, y no cuestionar tanto su voluntad. Mejor que desesperarnos es esperar, confiando que nuestras manos están en manos de Dios, nuestro padre amado, el que sabe lo que realmente necesitamos en nuestras vidas.

Con el cariño de siempre
Shoshan


esta reflexion fue sacada de "TODA MUJER ES BELLA"

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