19 de marzo de 2010

sugerencias para aceptar el reto de libertad


Intente apartar a todos los enemigos de sus pensamientos. La misma inteligencia que fluye a través de usted fluye a través de todos los seres humanos. Olvídese de las cosas que los intereses creados quieren que crea. Todos somos uno; cada uno, una célula de ese cuerpo llamado humanidad. Cuando se tiene esta mentalidad universal, la persona se ve libre del odio que divide a la humanidad, y es incapaz de participar en la violencia. El acto de herir a otro, con palabras o armas, es un acto de separación. Cuando uno sabe que está conectado con todo, no puede ni imaginar que golpea a otros, mucho menos sentir odio por pretendidos enemigos. La respuesta a nuestros problemas de violencia se halla en el reino espiritual.
-Piense en usted mismo como alguien sin limitaciones y establezca una nueva relación con la realidad. Imagínese capaz de conseguir cualquier cosa que su mente pueda representarse. Sueñe que vuela, que cambia de forma, que desaparece y reaparece, y cualquier cosa que le resulte atractiva. Establezca una nueva relación con la realidad que sólo dependa de lo que usted quiera ser. Despójese de todo lo que le han dicho que es imposible o irreal, y establezca con Dios lo que es posible para usted. Examine todas las dudas que tiene sobre los milagros y quienes los obran, y reemplace esas dudas por una postura abierta. Su meta es tener una relación muy personal con la realidad.
-¡Abandónese! Esto implica un acto del corazón. El acto de entrega tiene lugar en un momento. Deje atrás sus conflictos con lo que es y lo que puede ser, y abandónese. Deje de preguntarse: “¿Por qué yo?”. Acepte el hecho de que su cuerpo morirá y que usted es eterno. Fúndase con este concepto cuando alguien muera, y deje de decirse que su muerte no debería haber sucedido de la forma en que sucedió. Puede abandonarse y aceptar, y también puede llorar. Repare en cualquier diálogo interno repetitivo sobre los horrores y tragedias del mundo. Abandónese y despójese de él. Esto no significa que vaya a regocijarse con el sufrimiento de los demás. Significa que no centrará su energía interna en el sufrimiento. Lo cual le hará sentirse más dispuesto a eliminar el sufrimiento de los demás. Cada día mueren millones de personas, y millones más aparecen en este planeta. Es una obra de constantes entradas y mutis. Todas sus opiniones sobre cómo debería suceder no son más que nociones que uno tiene de cómo Dios debería dirigir esta obra. Pero todo es perfecto; incluso la parte que le desagrada o juzga negativa. Abandónese y tenga presente que también usted es uno de esos personajes que han hecho su entrada y acabarán haciendo un mutis. Pero tenga también presente que es eterno, y que ésa es su más cierta realidad. ¡Abandónese! Sólo requiere un instante.
-¡Sueñe despierto! Eso es. Recuerde que no tiene por qué irse a dormir para poder soñar. Concédase momentos para soñar sin dormir. Permita que su mente cree todo lo que puede crear cuando sueña dormido. Mediante la práctica de este ejercicio llegará un día en que no será capaz de distinguir entre sus sueños de vigilia y sus sueños nocturnos. Éste es un lugar maravilloso, porque le proporciona la oportunidad de crear mentalmente el marco de su experiencia vital. Soñar despierto puede hacerle sentir ilimitado. Lo hacía de niño y le etiquetaban de soñador. Pero aquéllos fueron momentos maravillosos. Cuando se libera de los límites autoimpuestos que experimenta en la conciencia de vigilia, entra en el mundo del espíritu. Es ahí donde llega a conocer su yo superior, a experimentar a Dios. Es ahí donde puede mantener conversaciones con esas personas, importantes en su vida, que ya han fallecido. Es ahí donde puede recibir guía y la confirmación de su esencia inmortal.En la luz de Cristo,Centro Escuela Claridad.

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